Después de seguir
6,764 personas sanas durante casi 4 años, la Universidad de Cambridge e investigadores
encontraron que aquellos que comían sólo 300 calorías en el desayuno ganaron
casi el doble de peso que aquellos que comieron 500 calorías o más.
La
razón: Comer un desayuno grande hace que tengamos incrementos más pequeños de
azúcar en la sangre y la insulina durante todo el día, lo que significa menos
antojos de comida repentinas.
Un estudio reciente muestra que el consumo de un desayuno con 30 a 39 gramos de proteína como salchichas y huevos frenó el hambre en toda la mañana, en comparación con un desayuno bajo en proteína que tenía cosas como panqueques y jarabe.
Un estudio reciente muestra que el consumo de un desayuno con 30 a 39 gramos de proteína como salchichas y huevos frenó el hambre en toda la mañana, en comparación con un desayuno bajo en proteína que tenía cosas como panqueques y jarabe.